Su escritura es tan contagiosa como su sonrisa. Nunca imaginé que conocería a Pamela Pulido en una cálida cena familiar al Norte de México. Allí descubrí el verdadero significado de familia y también que las buenas historias surgen desde las cosas más sencillas. Izquierda, derecha; bueno, malo; la dualidad forma parte del mundo actual y con Mi Hermano Derecha (SM Ediciones, 2017) la joven escritora reflexiona sobre miedos, contrastes y pasiones en unas 272 páginas.
Con ilustraciones de Alex Herrerías, la novela se perfila como la primera lectura importante de un niño o un buen recordatorio para aquellos adultos que quieren reconciliarse con lo que soñaban de pequeños. Aquí una plática en la que nos comparte su mundo interno y las preguntas que la acompañan cada día.
¿Cómo inició esta aventura?
Comencé en noviembre de 2016, un gran amigo y colega fue el que me recordó la convocatoria del Barco de Vapor. La verdad es que los tiempos estaban algo reducidos, quería salir un nuevo proyecto y sólo tenía 3 meses. Tenía un concepto y los primeros capítulos de esta historia.
¿Y cómo fluyó tu pluma al armar la historia?
Pensé que saldría con unos 15 capítulos, pero nunca pensé en que se convertiría en esta novela con varias subtramas y tantas líneas. Cada personaje tiene su arco porque empecé a escribir y me fui enamorando de cada uno de ellos. En la historia todos sienten un tipo de dolor y eso es lo que me gusta hacer cuando creo un personaje, responder a la pregunta: “¿Qué te duele y por qué te duele”?
¿Pero por qué abordar la idea de hablar sobre el talento y las capacidades que todos tienen, especialmente en la infancia?
Fue una pregunta que me he hecho desde muy chica. Tenía 10 años y practicaba gimnasia y aunque era muy buena, siempre había otras niñas que era mucho mejores que yo. Parecía que todos los ejercicios les salían de forma natural. Yo siempre he sido muy tenaz y disciplinada, me gusta concentrarme en objetivos, pero no entendía como si al esforzarme tanto nunca lograba el nivel de ellas. Desde entonces me ha acompañado la misma pregunta: “¿Qué es el talento?”.
¿Y encontraste la respuesta?
Ahora al escribir para niños tuve que investigar mucho y cuidar el mensaje, dejarlo muy fundamentado por eso recurrí a profesionales: doctores, psicólogos y atletas… Ahí me di cuenta de que nadie se pone de acuerdo para darle respuesta a esta pregunta. Nadie afirma si “se nace”, “se hace” o si influye el ambiente en nuestras habilidades. Los religiosos pueden incluso afirmar que uno ya viene destinado a hacer algo. Yo necesitaba responder a esta pregunta para darle una respuesta a mi niña interior de 10 años.
Los niños cada vez tienen más influencia externa, más exposición a la competitividad a ser mejores en lo que sea que hagan ¿Es esto viable?
Cada niño tiene el derecho de descubrirse, en pensar en qué se quiere convertir. Yo siento que tenemos habilidades naturales, sin duda, pero lo que nos va a llevar a otro nivel de maestría en lo que hagamos en la vida, es el amor que se le pone: el tiempo, la práctica, el desarrollo de las habilidades, el interés por las cosas. No en el camino a la perfección, pero sí a la excelencia.
El libro inicia con una visión de la otredad para luego meterse de lleno en esta historia entre dos manos… Un mundo muy personal, pero la verdad es que la historia le puede hablar a cualquier niño de Latinoamérica, incluso del mundo.
¿Cómo lo lograste?
En el libro me refiero a una ciudad al Norte (de México) pero sin hacer alusión directa a Monterrey, la ciudad dónde nací. Más que en el contexto geográfico, me concentré en las emociones e intentando conectar con el mayor número de niños posible.
¿Cómo fue tu primer contacto con los libros, con la creación de mundos nuevos?
Siempre dije que quería ser escritora desde los 7 años. Comencé mi contacto con los libros porque siempre estaba escribiendo. Luego entré de lleno a la gimnasia, pasaba 7 horas diarias practicando y me alejé. Siento que volví un poco tarde, sigo intentando ponerme al corriente de todo lo que me falta por revisar. Pero por querer escribir, me dije “tengo que leer y leer muchísimo”. El hábito de leer se puede comenzar a cualquier edad.
Conversaciones minúsculas
Una palabra
Libertad.
Una obra de arte
La noche estrellada.
Un libro de literatura infantil y juvenil que te haya marcado
Harry Potter y La Piedra Filosofal (J.K Rowling, 1997)
Una influencia
La duda.
Una película
Whiplash (2014)
Un libro fundamental para tu crecimiento
El mejor truco del abuelo (Dwight L. Holden, 2008)
Si pudiera transformarte en un animal…
En un pájaro.
Un color
Rojo.
Una imagen
Las sonrisas.
Si no fueses escritora serías...
Entrenadora de gimnasia.
*Ilustración de Alex Herrerías pertenece a la portada del libro Mi hermano derecha.
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