ALMENDRA
Won-Pyung Sohn
Traduce: Sunme Yoon
Temas de hoy, 2020
Yunjae vive protegido por su abuela y su madre. Con dieciséis años es incapaz de sentir ningún tipo de emoción o empatía por su entorno. No es su culpa, sino que las amígdalas de su cerebro, principal núcleo de control de las emociones, son del tamaño de una almendra. En ese sentido, la vida se le hace mucho más elemental y plana. Aprende, gracias a su familia, cuáles emociones debe fingir para tener una convivencia más natural con el resto de las personas. Una tragedia inesperada, de esas que son capaces de vulnerar las emociones de cualquier ser humano, lo obliga a vivir solo y entenderse en un entorno poco comprensivo con su incapacidad. El instituto, el trabajo en la librería de la madre, la relación con tres nuevos personajes bastante peculiares que llegaran a su vida para retar su capacidad de ser empático con el otro. Una novela de lectura voraz, cuya forma simple, descarnada y obvia de narrarse corresponde con la propia incapacidad de su protagonista de imaginar una vida distinta. Esa necesidad narrativa de enunciar las emociones de manera tan llana deja en evidencia lo fría y solitaria que puede ser la ausencia de lo poético en nuestra relación con el mundo. Esta autora coreana sorprende con esta breve historia acerca de la importancia de dejarse tender una mano, de la hostilidad de la racionalidad plena, y de comprender a las personas también desde sus espacios grises.
"Presentí que lo volvería a ver muy pronto. Por supuesto, soy consciente de que el verbo presentir no va bien conmigo, puesto que no puedo decir que lo haya sentido literalmente. Pero, si se piensa, los presentimientos no nacen de la nada. Los hechos que experimentamos en la vida diaria se van acumulando en el cerebro y son clasificados en condiciones y resultados (...) En otras palabras, los presentimientos son datos que se derivan de causas muy concretas, del mismo modo que sabemos que, si metemos una fruta en la licuadora, obtendremos su zumo".
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