Un libro de la selva
Fernando Vázquez
A buen paso, 2022
Leer, perderse, transformarse, leer, perderse... Un libro de la selva es una exótica galería de ilustraciones de la selva, con un sugerente personaje que va mutando en cada página.
Solapado en los libros de su biblioteca, un hombre se pierde en las imágenes que lo conducen a una naturaleza inquieta y voraz. A nuestro humilde parecer, un homenaje a los cuentos de la selva de Horacio Quiroga. Aunque también a Una vuelta a la semilla de Alejo Carpentier, un viaje onírico a través del tiempo, de la vejez a la infancia, donde los libros son el origen y el fin del relato.
El silencio de este libro es inquietante. Sabemos que algo está ocurriendo, que hay una pérdida de identidad por parte del personaje en medio de los animales. Es un naufragio personal que se frena en el encuentro con el otro a través de la representación indígena. Esa extrañeza circular, sin palabras, puede parecer una larga meditación. Por un lado ocurre la liberación imaginaria del lector pero también se propone la ilusoria prisión de pertenecer a un relato. Es "un" libro de la selva, uno más de muchos. En ese sentido, ¿importa qué es el ser humano dentro de las historias cuando se habita en el medio de un todo inabarcable? Eso sí, en este caso, un todo selvático y con mezcla de colores fantasmales.
Realidad y ficción que se estrechan la mano, en un juego de suposiciones, de lugares por explorar. Razón, además, por la que se generó una curiosa conversación sobre el peyote o la ayahuasca como rituales que distorsionan la realidad con su efecto alucinógeno. Y es que quizás, sin la pretensión de un lector creativo, apenas se trate de la aventura de un explorador en medio de una selva mágica.
Es un libro estimulante, provocador, un viaje personal a través del color y los paisajes de Fernando Vázquez.