Existen pequeños libros que muchas veces pasan desapercibidos. Ya sea por lo mínimo de su tiraje, su caracter independiente (o funcional) o porque son temas de nicho con poco alcance. En este caso "Poderes extraños" tiene la aparente forma de un catálogo audiovisual. Repleto de imágenes, consciente de su propuesta de recogimiento. Sin embargo, dos ensayos profundos, que exploran al detalle la carrera del creador audiovisual Juanma Carrillo, ayudan a darle sentido a esta propuesta. Estos artículos mezclan arte, investigación, música indie y cultura audiovisual.F.Javier Panera Cuevas y Carlos De Benito se enfocan principalmente en los videos musicales como posibilidad narrativa. El segundo deja en evidencia un diálogo entre la música de La Bien querida y la poética audiovisual que se propuso en tres de sus vídeos: "Poderes extraños", "Ojalá estuvieras muerto" y "Muerto de amor" dirigidos hace diez años por Juanma.
Cuevas cita a John Berger para enmarcar las intenciones autorales del director en su obra: "Todas las historias son discontinuas y están basadas en un acuerdo tácito sobre aquello que se dice y aquello que no se dice, es el espectador el que puede conectar -o no- con ese acuerdo tácito".
Juanma era un experto de aquello que no se dice como parte del misterio poético de su registro audiovisual. Javier Ubieta, un tercer autor, escribe: "...que hay que olvidar para poder seguir. Juanma decide, en cambio, echar la vista atrás [...] generando virtuosismo".
Pertenezco al grupo de admiradores de la obra del director y de su lectura literaria como posibilidad en el vídeo musical. Sus últimos trabajos de investigación con inteligencia artificial hablan de su sensibilidad y forma de construir espacios de afecto en las narrativas del arte y el tiempo.
Este libro-arte-audiovisual-musical-fanzinero da materialidad a un artista que, como ser humano (y me pongo personal), me tendió la mano en un mal tiempo. Éramos conocidos de la ficción madrileña. Una buena historia amiguera. Sus gestos tuvieron el poder transformador de darle un contenido simbólico a lo cotidiano. Siempre discretos e inmensamente bellos. Seguiré admirándolo a pesar de la tiranía del tiempo.